Saturday, August 25, 2007

DOPPELGÄNGER

------------------------------------------------------ENSAYO FOTOGRÁFICO
por Libertad Bones
-----(inspirado en Sebastian im Traum, de Georg Trakl)
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Si vieras a la que sin ti duerme en un jardín en ruinas en la memoria. Allí yo, ebria de mil muertes, hablo de mí conmigo sólo por saber si es verdad que estoy debajo de la hierba. No sé los nombres. ¿A quién le dirás que no sabes? Te deseas otra. La otra que eres se desea otra”
ALEJANDRA PIZARNIK


--Doppelgänger

--------------------Doppelgänger
--------Doppelgänger



Doppelgänger

Doppelgänger

Doppelgänger


----Doppelgänger




























“I never lost as much but twice
And that was in the sod;
Twice have I stood a
beggar
Before the door of God!”

EMILY DICKINSON


Doppelgänger
Doppelgänger D
oppelgänger


Doppelgänger ----------------Doppelgänger

---------------------Doppelgänger

Doppelgänger ----------------------------------------------------------------Doppelgänger

-----------------Doppelgänger

























“un ruido sordo que me deje saber
si lo que decís lo dice tu organismo
o es otro y otro y otro y otro también
el eco que tengo que transitar
TAMARA KAMENSZAIN



PESPUNTES ACERCA DE LA TRANSCREACIÓN (TRADUCCIÓN LITERARIA)

Por Jorge Lara Rivera

Una de las vertientes contemporáneas de la discusión entre lingüistas, filólogos y etnólogos es acerca de la supervivencia de un idioma ante la inexorable y celerísima erosión que enfrenta la diversidad lingüística y, por ende, cultural del mundo.
Los idiomas, se sabía en el 2003, suman alrededor de seis mil trescientos dieciséis en toda la Tierra, pero la mayor parte de la gente sólo usa alguno de cinco o seis, considerados lenguas amenazantes porque cuentan con la tecnología y la relevancia económicas necesarias para desplazar el empleo de otro, y por ser prácticos, prestigiados e influyentes como el árabe, el chino, el inglés y el español; y es que casi el noventa y cuatro por ciento de la población habla sólo alguno de esos cinco o seis idiomas “asesinos”, mientras que el seis por ciento restante se expresa en alguno de todos los otros. Incluso, prospecciones muy pesimistas señalaban ese año el hecho de que en países como Perú, donde la mayor parte de la población es bilingüe y más de la mitad de sus habitantes habla la lengua ancestral quechua, resultaba altamente probable que ese idioma estuviese perdido para el 2026 (claro que el ascenso de Evo Morales al poder político en la vecina Bolivia, donde predomina el aymará, puede alargarle la agonía). Otro tanto ocurrirá algo más pronto con los lenguajes de las islas de la Micronesia y de pueblos amazónicos donde el número de hablantes apenas contabiliza docenas; la extinción es ya inminente para alguna lengua de las primeras naciones del norte de México, cuyos hablantes no pasan de cuatro (uno de ellos sin ser su idioma materno, pero que se propuso su aprendizaje como científico) –y en los primeros meses de 2007 la televisión abierta ha reportado misma situación para otra lengua originaria en Oaxaca. Tales circunstancias parecen favorecer la tesis de que nos dirigimos a un conglomerado homogéneo e indiferencia
do en lo cultural, pero también pone sobre aviso de la depauperación acelerada que enfrenta la humanidad en su riqueza de conceptualizaciones del mundo, de lecturas y perspectivas acerca de la realidad humana.
‘Mariposa’ es una voz compuesta que de manera sintética asocia al movimiento y la levedad –y, a la vez, un término poético que permite aunar la noción de grandeza con una acción inconsútil, entendidas como concepciones de una cultura–,‘butterfly’ no tiene mucho que ver con ella cuando hace de la generalización el agregado de una cualidad, ni tampoco la antigua voz ‘farfalla’ en que constan elementos descriptivos; aun ‘papillon’ torna físico el sentido del término, lo materializa y pareciera restarle importancia (excepto por una impensada asociación de sonido que nos remite al ‘papálotl’ preamericano náhuatl –semejante, por otro lado, y no menos asombrosa que la conocida del griego “theos” con “téotl”); la voz ‘siempre’, por su parte, coincide con el sentido de tiempo que ‘toujours’ comunica, la cual, sin embargo, reiterando la condición de eterno lleva implícito un aspecto repetitivo; pero, en cambio, esa palabra dista de la noción espacial que da la contracción ‘always’, cuyo significado añade las ideas de ‘manera invariable’ y de ‘ruta’. Así también, una simple expresión coloquial como ‘to make a decision’ comparada con la española ‘tomar una decisión’, revela divergencias en la escala moral de la vida en dos culturas; y lo mismo acontece con la que expresa el saber algo ‘de memoria’, pues resulta clara la escisión entre razón y emoción de nuestra cultura si se la confronta con ‘by heart’, la inglesa, o la ítala ‘di cuore’ y la francesa ‘par cœur’. En latín, ‘verbatim’ incorpora cauces metafísicos.
El estudio de otro idioma permite asomarse a la diversidad cultural del mundo a través de una ventana que se revela espejo y mapa de una cultura: su itinerario, historia, contactos con otras civilizaciones, mitos, autopercepción colectiva y claves de poder, temores, estructura mental y valores de sus hablantes, el imaginario y lo físico de su entorno, toda una forma de vida social ampliamente expresa.
De ahí la importancia de mantener al uso nuestra particular interpretación de las cosas, de tener una lectura propia de ellas o, dado el caso de esclarecer alguna experiencia, traducirla al código lingüístico nuestro.
Aunque a menudo los verbos ‘traducir’ e ‘interpretar’ son usados como sinónimos, existen entrambos diferencias sutiles; respecto a la escritura, es común distinguir como ‘versión’ el texto transferido a otra lengua, del original, previniendo al lector de las posibles mutaciones sufridas en el proceso de transcripción.
Entre escritores (Alfonso Reyes aconseja en La experiencia literaria emprender, apenas sea posible, el aprendizaje de otros idiomas con miras primero a leer), suele ser recurrente la asociación de los términos ‘traducción’ y ‘traición’ (que en italiano tienen idéntica raíz), pues en la historia de la Literatura resultan innegables las infidelidades y traiciones que padecen textos y autores vertidos a otra lengua.
Ello convalida la idea de que no existe traducción exacta ni definitiva y el que cada generación emprenda una búsqueda propia para conocer de primera mano a esos autores en sus textos y rinda a su comunidad el parte de lo obtenido durante su indagación.
La materia lleva a ocuparse de un asunto alterno, el relativo a la otredad, alteridad o capacidad empática que, si bien exige imaginación, requiere igualmente de interés genuino por conocer al diverso, compromiso con el oficio interpretativo e integridad para aceptar las limitaciones.
Es claro que los estudios de género aportan mucho en este campo, especialmente al hacernos caer en la cuenta de algunas suplantaciones, falsificaciones inconscientes y otras deliberadas en que se incurre, por ejemplo, bajo presión apremiante del mercado editorial, cuando se pretende expresar situaciones relativas, precisamente, a la dificultad que reside en el género. Es el caso que afronta algún traductor de un cuento sobre una mujer que narra experiencias específicas de la feminidad como el alumbramiento. El asunto plantea una serie de cuestionamientos de orden práctico, semiológico y aun morales al traductor.
No faltará quien, con ligereza, considere que no es importante el género del autor ni el de los personajes para emprender la ardua tarea de verterlos al cauce del imaginario de su lengua. Aun más, la reflexión puede y debe ser extendida hasta envolver el cómo la comprensión más afín entre el autor, el texto y su traducción, por una parte, y la experiencia del lector y sus propios y personales prejuicios condiciona la visión que se tendrá de ese mundo paralelo. Y esto incluye también la interpretación, por cuanto el traductor (lector también) no es poseedor de una visión holística del complejo texto-persona-personaje-público. Aquí son notables –y cruciales– aspectos como la represión, la ideología en el traductor, cómo influye el idioma propio, la interacción del texto.
Así, el recuento de la literatura universal está lleno de personajes que juegan con la apropiación del léxico, sea masculino o femenino (como ocurre en Primeras sombras con Borges, o en Orlando en el caso de Virginia Woolf), y el empleo del oxímoron y la interlogical secuence.
Términos como narrateur y narratrice, author, traducción de la traducción, point of view, voice, styl, punctuaction, subjet, el proceso por blocks de campo, o la ‘vie en prose’, el bavarder, del francés, atribuido a las mujeres (el bruît: ruido, al cual se le compara y es su raíz), los matices de significado en cada idioma (por ejemplo, en inglés: ‘confront’ que entraña tensión, con el ‘face to face’ que revela reflejos) y la sexualidad de algunas lenguas para distintos términos, sea machista o flexible, y aun transexual (¿ejemplos?, la corbata, el lipstick) cobran entonces sentido. Lenguas, como la polaca, tienen delimitaciones en el uso de las expresiones, que corresponden estrictamente al género: unas a hombres y otras a mujeres, sobre un mismo hecho.
En otro orden de preocupaciones están las semejanzas estilísticas y detalles de significación en perspectiva histórica, por cuanto determinan, no sólo la noción de época de producción del texto, sino que centran la discusión en los tópicos de la intraducibilidad de ciertos giros del lenguaje, la temática sexista y la transformación de género en el texto literario, y demarcan también los nuevos inexorables acercamientos al perfil psicológico, ideológico y político de los pensadores y creadores literarios. Verbigracia: Oscar Wilde y James Joyce siendo irlandeses, hablantes de gaélico, lengua céltica, escriben sus obras trascendentes en el idioma de la potencia ocupante; Franz Kafka, de origen hebreo, lo hace en alemán aun cuando hacia el fin de sus días se interesara por el checo; Dante Alighieri quien vivió una era latinizante, es un na
cionalista congruente que escoge el toscano en lugar del lustre de culto para su ambiciosa Comedia; A. Dumas se transfigura cultural e históricamente desde el universo antillano a través del francés; más recientemente y mucho más cerca de nosotros, Juan Goytisolo prefiere el catalán al castellano para dar cauce a su literatura (y ahora se empeña en la forma dialectal del árabe del Norte de Marruecos buscando preservar la antigua tradición oral del área), y desde hace aproximadamente cincuenta años documentados, al menos, viene desarrollándose un rico movimiento literario chicano en zonas fronterizas de Estados Unidos y México cuya expresión originó el spanglish. He aquí una veta para explorar, donde conceptos como la preeminencia, el prestigio social, el colonialismo o la afirmación identitaria y de resistencia cultural entran en juego.
Cuestiones subjetivas como la preferencia por la vivacidad oral italiana, el ritmo narrativo, la sonoridad del francés y la gracia del español son elementos de cohesión que articulan el discurso y no pueden tomarse a la ligera.
Es antigua la angustia compartida por los intérpretes, ya que, a menudo, es necesario optar entre la literalidad a veces intraducible o la expresión sin sentido y la reelaboración del texto para darle aliento propio en la lengua a que se vierte.
El remanente experiencial ofrece usos y prácticas de criterio para las elecciones necesarias en el trabajo de la traducción, por ejemplo, para afrontar la diferente puntuación que existe entre el español y el francés; atender, asimismo, el ritmo de la puntuación, que en francés es aconcesal, etc. De aquí se desprende el carácter impredecible de la traducción y sus concesiones a la necesidad o los imperativos de forma y sentido.
Aún más: una misma línea puede tener versiones diferentes en distintos traductores, pero el estudio riguroso de la obra de un autor lleva a cotejar las diversas ediciones de esa obra en el idioma original, lo cual permite descubrir que también hay infidelidades al autor (o variaciones del mismo, por ejemplo: el multitraducido Canek –de Ermilo Abreu G.), en las ediciones de su propia lengua.
Si salimos del bilingüismo acostumbrado en los ámbitos latinos, los desfiladeros que tiene que atravesar la traducción se tornan arriesgados. Lo demuestran las lenguas eslavas –el búlgaro y el ruso, por ejemplo– extremadamente complejas a la traducción por la imperiosa regla (del primero) de no repetir vocablos, o por, además del alfabeto cirílico, la falta de tiempos pasado y futuro que se sustituyen con ciertas expresiones convencionales que ofrecen idea del tiempo del acontecer (en el segundo). Pero en búlgaro hay más matices y sutilezas para el pasado, dependiendo de si el hablante estuvo, si participó en el evento o sabe porque le dijeron, pues no es lo mismo si lo vio o si se lo contaron; distinción que cobra forma por el uso de pasado histórico –experiencial– y pasado narrativo en el texto literario.
Consecuentemente, por ejemplo, la traducción del libro Life of P al búlgaro supuso grandes dificultades para no repetir sin razón las palabras, algo común en inglés, su lengua original, así como expresar las plantas y los animales adecuadamente (‘papagayos’ o ‘parrots’; pero, ¿periquillos?; ‘ape’ o ‘monkey’ para humano), de suerte que traducir a ese idioma es casi como reescribir el libro.
El ruso, por su parte, casi no tiene auxiliares; se usan frases que sitúan o el tiempo se descubre por el contexto, pues no hay pasado en esa lengua. Insurge entonces la importante cuestión de, si al traducir, se usa o no el tipo de habla de la época en que se crea la obra literaria. Un ejemplo de la distancia entre el sentido original y una traducción lo ofrece el solo título Guerra y Paz de León Tolstoi, que en realidad debiera traducirse por La guerra y el mundo.
Por otro lado, en el idioma vasco (éuskero), las medidas del tiempo han sido muy distintas de las nuestras; así, en otra época expresaba una semana de tres días –no como la romana antigua, ni la del vasco actual–, la cual nombraba de un modo práctico: el primer día de la semana, el día de en medio de la semana, y el día después del día de enmedio de la semana.
Y todo lo previo se queda al margen de otra perspectiva de estudio fascinante, la relativa a los sistemas de escritura de los idiomas, bien que sean –o no– éstos alfabéticos, ideográficos, posicionales (como el coreano), etcétera.
Tema curioso, pero importante también, lo constituyen las onomatopeyas de los idiomas, las distintas lenguas en que se ‘expresan’ literariamente los animales, especialmente de la llamada literatura infantil. Una indagación al respecto (que emprendí junto con la poetisa Sandra Alland), entre participantes de un intercambio en Canadá, reveló tal diversidad en el asunto que se colige interesantes aspectos sensoriales y moldes culturales de percepción.
Así, el sapo –o la rana (dependiendo de la especie local), ese personaje común en fábulas, refranes, cuentos y poemas, puede también ser políglota, pues, su croar en inglés suena “rebé, rebé” (gráficamente: rebbe, rebbe) y en búlgaro “Qvak, qvak, qvak qvak”, algo lejanos del croac, croac en español y, por supuesto, distantes en aliento frástico y sentido fónico del gló gló gló hispanomexicano, totalmente distinto del maya lek-lek-lek-lek.
¿Quién traduce a quién?, ¿qué, cómo, cuándo y, sobretodo, por qué?, son algunos cuestionamientos inquietantes que reformula durante el proceso cualquiera que acomete el quehacer traductor con amor por la comunicación y la belleza de los idiomas, y al hacerlo se vuelve receptivo al concepto de ‘transcreación’ (en nuestro mundo latino formulado hace mucho por el brasileiro Haroldo de Campos, pero que escuché por primera vez de la Dra. Patricia Godbout, profesora de traducción del Departamento de Letras y Comunicación de la universidad canadiense de Sherbrook), apto contemporáneamente para contener el verdadero signo de la traducción como decodificación e interpretación en que se empeña a cada instante la especie, desde siempre y para todos.
Entonces traducir, transcrear, transferir un texto literario de un idioma a otro es siempre necesario e importante, pues constituye una aventura humanista, un genuino gesto de respeto hacia lo diverso, una búsqueda bienintencionada por interpretar la diferencia, por entenderla, aceptando la sociodiversidad –la variedad cultural del mundo– y reconociéndola como fuente de su riqueza.
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Fotografía por Florentino Fuentes. Captura análoga. Serie Roads (ausencia fundamental). Valparaíso - Buenos Aires 2006.

Friday, August 24, 2007

CINCUENTA PREGUNTAS A CERVANTES


por Gabriel Fuster

Agradezco el interés de vuestra revista People en Español puesto a mi obra. Adjunto todas las respuestas a las preguntas hechas a un servidor.
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1. Pluma grande de ganso. La púa es remojada en una mezcla de negro de carbón y aceite de linaza cada cinco o seis palabras.
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2. Durante las mañanas, de las 9 hasta la hora de la comida. Y de nueva cuenta, luego de cenar y hasta entrada la noche siempre que me halle realmente inspirado y la paga sea buena. Mi poema El Viaje del Parnaso fue escrito por respeto y suma de cuarenta y cuatro maravedís cada volumen en papel.
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3. En Alcalá de Henares, España
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4. Sí
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5. No

6. Mi maestro Juan López de Hoyos, quien daba por llamarme “mi bien amado”
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7. El manco de Lepanto, apodo que no me hace mucha gracia.
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8. Anchoas
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9. Una onza de deshonra pública que una arroba de infamia secreta.
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10. Mi primer arresto en 1569
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11. Tuve otras cosas que ocuparme. Dejé la pluma y las elegías y entró luego el monstruo de naturaleza, el gran Lope de Vega, y alzose con la monarquía cómica.
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12. Serví en el regimiento español a bordo de la galera “Marquesa”
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13. La batalla de Lepanto contra los turcos en 1571
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14. La mano izquierda
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15. Muy frecuente, pero francamente no creo que sea incumbencia de ustedes.
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16. Gran chambelán del Cardenal Julio Acquaviva en 1574, quien fuera considerado alguna vez “papable”, no obstante los romanos exclamaran: “Si por desventura fuera electo, no tendríamos Papa sino una Madona”.
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17. En Algiers, capturado por los piratas, me convertí en el esclavo de Hassan Pasha, quién debo comentar que era bisexual y tenía un harem destinado a cada sexo. Parece que el monarca turco desarrolló una especial afecto por mi persona porque pidió la asombrosa suma de 500 escudos por mi rescate en 1580.
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18. Nuevamente acusado de actos obscenos, sin entrar en detalles.
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19. Mi matrimonio fue de conveniencia con Catalina de Salazar y Palacios en 1584.
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20. Sí
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21. Sí
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22. Sí, definitivamente sí
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23. Trabaje de recaudador de impuestos por un tiempo. Otra vez en 1587, comisario de víveres para la Armada Invencible.
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24. La Galatea fue mi primera publicación completa en 1585, inmediato a mi regreso de Algiers. Se trata de una historia ortodoxa, una novela pastoril en seis libros sobre los amores de Elicio y la protagonista, pero escrita en clave con alusión a personajes importantes de la época. No fue un entero éxito.
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25. La Arcadia de Sannazaro y La Diana de Montemayor.
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26. El amor, ¿qué otra cosa?
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27. El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha empezó a escribirse en mi encarcelamiento en Sevilla en 1597. Esta vez por tomar indebidamente cereales del cabildo de Sevilla. Mmm. Está bien, por deudas.
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28. Los libros de caballerías.
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29. En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme
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30. Rocinante, que significa caballo de mala traza.
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31. Sancho Panza
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32. Dulcinea
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33. Unos molinos de viento
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34. El inicio de la novela moderna
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35. La primera parte en 1605 y la segunda parte hasta 1615, porque en el intermedio publique Las Novelas Ejemplares, una colección de doce extraños ingenios peregrinos.
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36. Puf, veamos, Rinconete y cortadillo, El licenciado Vidriera, El celoso extemeño, La ilustre fregona, El casamiento engañoso, Coloquio de los perros, La gitanilla, El amante liberal, La española inglesa, La fuerza de la sangre, Las dos noncellas y La señora Cornelia. La novela La Tía Fingida, no fue agregada al conjunto porque su autenticidad no está definitivamente comprobada y porque además soy muy supersticioso.
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37. Ajá, Ocho comedias y ocho entremeses nuevos en 1615
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38. No manchen
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39. No sé, pregúntenle a Lewis Theobald
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40. Constantemente se ha referido que el día de mi fallecimiento coincidió con el mismo de mi contraparte William Shakespeare sucedido el 23 de Abril de 1616. Pero esto no es correcto, porque España adoptó el Calendario Gregoriano inmediatamente en 1582, mientras Inglaterra permaneció con el Calendario Juliano hasta 1752, por lo que la misma fecha discrepa en diez días.
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41. El texto de Los trabajos de Persiles y Segismunda pertenece a la novela bizantina, esto es porque la trama se interrumpe para permitir que nuevos personajes relaten sus respectivas historias, aunque yo la subtitulé Historia Septentrional, nomás por mis
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42. Huevos. Una botella de buen Oporto. Veinte manos de papel.
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43. Mi hija Ana, quien se la pasa recordándome que las cosas más importantes en la vida no tienen que ver con los pensamientos escondidos del alma.
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44. La numancia permaneció sin editar hasta el siglo 18.
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45. Un festival en Guanajuato
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46. Silbos, gritas y barahundas.
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47. Ja, ja, ja. Don Coyote y Sancho Panda
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48. En Madrid.
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49. Pantimedias
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50. El sueño imposible.

--------------------------------------------------------Con afecto
--------------------------------------------------------Miguel de Cervantes Saavedra
--------------------------------------------------------en el 400 aniversario de Don Quijote.

Thursday, August 23, 2007

EPÍSTOLA QUIJOTESCA

Por Carlos Alemán

Despreocupado lector:
Desde el limbo de ilustres personajes de la inmortal patria de la Mancha os envío la presente para comentar detalles que la inmortal fama mía, conquistada por mi valiente y esforzado brazo, hace que vosotros habléis de mí, el Caballero de la Triste Figura, para que galgas lenguas no mientan, me esfuerzo en daros mi propio testimonio, puesto que la ventaja de ser espíritu y personaje me capacita para aventuras nunca vistas ni imaginadas, dado en fin, que existe quien niega un posible nexo entre las artes, debo deciros que en cuerpo de fantasma he asistido cual secreto espectador que de mi persona tuvieron a bien hacer el favor de poner música, señores que instrumentos tocan escribiendo historias, nada más que con sonidos solamente.
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El primero en hacerme objeto de sus cantos fue inglés, Henry Purcell dicen cronistas antiguos que tal se llamaba, se desprende de los documentos, que este hombre es considerado el mayor genio de su patria en el sonoro arte, nacido en 1659, estudió la música del continente para crear algo maduro. Los copistas reputan mucho su ópera “Dido y Eneas” como obra que el paso de siglos vence; hacia 1694 comenzó lo que ellos llaman semi ópera que me toma como tema, “Don Quixote” z 578, la continuó al año siguiente de su deceso prematuro.
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Unos pocos años antes, nació -me parece que por 1681- en esas tierras de la Germanía , otro cantor que notaba sus cuentos musicados, Georg Philipp Telemann creo que llevaba escrito en su estandarte, bien, este caballero tomó el oficio de las letras musicales, tuvo en fin, una dilatada existencia que llegó hasta 1767. Según consta en los archivos, escribió como dos mil obras musicales, pero por 1761 quiso un tema mejor, tal vez pensando que pudo haberse armado caballero andante le entró la melancolía por lo que le dio vida a una ópera, “Don Quichotte”, y a una suite de ocho movimientos para orquesta de cuerdas y bajo continuo en los que retrata pasajes de esta inmortal historia mía.
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Apenas con siete años de diferencia, en 1768, Francois André Danican Philidor, creyendo tal vez que se trataba de una partida de ajedrez escribió en Aviñón su ópera bufa titulada “Sancho Panza en su isla”, demostrando que la luz de la fama mía por igual a mi ilustre escudero alcanza, por cierto, este francés dicen que vivió de 1726 a 1795. Catorce años más tarde, en 1809, nació otro hijo de la Germanía, el feliz Félix Mendelssohn-Bartholdy quien, siendo de la noble cuna de un banquero tuvo suficientes ocasiones de aprender con los mejores maestros tantas artes como de cultivar su espíritu, aunque hizo fecundas obras en otros campos, desde sinfonías hasta conciertos, el 29 de abril de 1827 presentó en Berlín su ópera “Die Hochzeit des Camacho” o, “Las bodas de Camacho”, basada en una de mis aventuras, aunque tuvo que negociar ampliamente con un tal Spontini y luego el público no la supo apreciar, dicen que este compositor vio su fin por allá de 1847.
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En 1864 nació otro de los esforzados hombres que tomó las armas de la caballería de la música, también del reino germano: Richard Strauss , aunque combatió en campos de ópera ganando vasta gloria, también tuvo la fortuna en la lucha a orquesta armada, creando poemas sinfónicos, el séptimo de los cuales, en mi figura lo basó allá por 1897. “Don Quijote” tituló su obra con el subtítulo de “Variaciones fantásticas sobre un tema caballeresco”, con ayuda del hada melodía me transforma en violoncello haciendo de Sancho una viola, en estructura de introducción, tema con variaciones y final con solos de cada uno en una meditación sobre mi novelada muerte bajo la divisa de Opus 35. Los que saben dicen que es la más grande de las obras musicales sobre mi persona; sé que Strauss vivió hasta 1949, más o menos. Antes de la muerte de Mendelssohn-Bartholdy, en 1842, le fue a Francia regalado otro andante caballero musical del cual acordarme quiero, Jules Massenet se llamaba, el que según historiadores escribe su comedia heroica, “Don Quichotte”, allá por 1910, según anales de extranjeras universidades, me da su voz en tal ocasión un gigante cantor llamado Fyódor Shalyapin, en ese teatro durante el primer acto me encuentro con Dulcinea, mientras que en el segundo, lucho con los terribles molinos de viento, dos años después este compositor moría. En Varsovia, al siguiente año, 1913, otro poema sinfónico tomó mi nombre, “Don Quijote”, firmado por los blasones de Eugene de Morawsky, mientras en 1922 en Munich, Antón Beer-Walbrunn hizo su tragicomedia musical con el mismo título. Versiones señalan a 1923 como año en que la inspiración a ibérica tierra vuelve cuando Manuel de Falla presenta su ópera burlesca en un acto para marionetas llamada “El retablo de maese Pedro”, partiendo de mis aventuras caballerescas, el hacedor de música había nacido en 1876, de su obra quijotesca dijo que: -“Sólo un latino podía escribir algo semejante; un tal Darius Milhaud." De Falla desaparece en 1946.
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Otro paisano mío, nacido en 1886, para gloria de las armas nacionales en su lado musical, Óscar Esplá, modela por el año 1925 su poema sinfónico “Don quijote velando las armas”, otro homenaje más a mi persona; nuestro amigo pierde la vida en 1976. Muy poco después entre 1932 y 1933, un francés que Maurice Ravel se llamaba y que se distingue como creador de formas sonoras en las que va engarzando cantares fabulosos, crea sus “Tres canciones de Don Quijote a Dulcinea”, dedicadas a la voz del antes mencionado señor Shalyapin, según se sabe, nunca más volvería a componer y me haría compañía hasta fallecer por 1937.
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Nacido en 1904, un campeón musical italiano, Goffredo Petrassi tomó en 1945 el desafío de hacer un “Ritratto di Don Chisciotte” como título que en nuestra lengua es “Retrato de Don Quijote”, ballet de un autor que sus mayores logros fueron en el campo vocal. Otro compatriota, que naciera en 1901, Joaquín Rodrigo compone por 1948 “Ausencias de Dulcinea”, canción a la sin par señora del Toboso. Se piensa que este ciego tejedor de sonidos y creador de conciertos en 1999 se volvió puro espíritu.
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Aunque a decir de algunos, no existe relaciones entre las artes, volví a ser objeto de otro ballet llamado “Don Quijote” hecho en 1950 por un catalán amante de mezclar música nacionalista y dodecafonismo que Roberto Gerhard se llamaba y que naciendo en 1896, en 1970 moriría. En ese mismo año, otro español, un tal Cristóbal Halfter, de cuarenta años, da a luz otro “Don Quijote” en forma de ópera, inspirado en este caballero de la Mancha. Hacia 1952 había respirado por primera vez un madrileño, José Luis Turina, que se mandó a viajar en el tiempo en su ópera titulada “Don Quijote en Barcelona”, la que se presentara el dos de octubre del 2000 en el teatro del Liceu, en el libreto voy hasta más allá del año 3000 para caer en el año 2004 que es desde donde te escribo.
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Ya para despedirme, quiero nada más recordar que si no me hubiese calzado la armadura y el yelmo, hoy nadie hablaría de mí, entonces la muerte sí habría sido eterna. No hay que temer pues, que nos señalen cuando falta un andante caballero, es probable que él sobreviva con sus aventuras gloriosas a quienes del mismo se burlan. Maravillas de la andante caballería. Con esto, que Dios te dé salud y, a mí no me olvide. Vale.
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Firma. El ingenioso hidalgo,
Don quijote de la Mancha.
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(Texto publicado el domingo 25 de septiembre de 2005 en Tiempo Libre de Diario del Istmo)

Thursday, August 16, 2007

CARNAVAL: EPISTOLARIO DE LOS ENMUDECIDOS

por Mercedes Virgilio
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I
Gritos trascienden, atizan el estupor de un mediodía oscuro. Serpientes reptan ante el disimulo de los forajidos. Se pretende maniatar la memoria. Las fuentes utilizadas para dar vida al texto se desbordan, caminan, marchan hacia desiertos que irradien esperanza y paciencia hacia un adviento fortuito, acaso prófugo de tanto anuncio cobarde. Las hormigas ayudan con la carga; la prisa es nula; se pretende llegar al final, se sabe del objetivo aunque se vislumbre incandescente, herido y condicionante. Una nueva luz atesora el horizonte, y danza, y puede soportar el tedio de mil palimpsestos. Se prosa acerca de seres habitando un jardín de rosas: ciudad lejana en donde confluye el temor y el hastío. No hay que cruzar la frontera impuesta. Los pétalos con leyendas de horror impresas narran su miseria. Se habla de una lluvia de fuego que azoló el lugar; la saga de un viento que fue marchitando una a una las rosas hasta convertir el jardín en cenizas. De la tierra emergió un ser que limpiaba su rostro con las cenizas convirtiendo cada partícula de polvo en una nueva rosa.
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II
No nacidos para la claridad, nadie nacido para la claridad. No conocer ningún espíritu que haya renunciado a su penumbra. Se envía lo difuso, claro por su naturaleza de entuerto. No atesorar respuestas prometidas. No creer; no imaginar formas. Los años dan templanza. El alma se acoraza, la imaginación crea antídotos para la esperanza que ella misma forja. Lo anterior es negativo. Y siempre hay un espacio luminoso para desarrollar lo contrario. Que los años den templanza es sólo una verdad -óptica- que se enuncia desde la mente y que desmiente el corazón enmudecido. Un tirón de los cabellos a la esperanza. Respuestas amargas jamás imaginadas, aunque anunciadas, permitidas. La nobleza como remedo de cobardía. Luz que subyace entre los versos del poema que hace conciencia de sentimientos aleatorios.
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III
Los ojos no sirven para contemplar. Querer con toda la cabeza. Alegre desgracia que erosiona e inspira para hacer emerger el lenguaje, cualquier lenguaje -de cualquier modo es maldito y persigue-. Hablar. Culpar por haber colonizado espacios blancos de los cuadrantes del tiempo. Culpar por hacer de la imagen memorizada una estalactita que crece con lentitud en el interior haciendo verter dolor e ilusión a las acciones en un mismo tiempo. Lo conocido, lo dicho, lo gritado, lo adormecido, lo soñado. Lo dolido.
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IV
Aguardar y contemplar a la naturaleza. Teléfono descompuesto. Afuera de una cabina telefónica con muchas monedas en mi bolsillo. Teléfono descompuesto. Una y otra solución implica violencia. Saber vivir de forma anhelante con la cercanía o con la lejanía intermitente. Aunque se añoren más periodos de exposición prolongados que ausencias.
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V
El silencio como respuesta o mensaje que cercene un naciente cordón umbilical del emisor enfermo. Entendimiento.
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VI
Al otro lado, del otro lado, por otro lado. El suicida acaricia una caja con balas. El revolver: secuestro de espacio y aire. Acoso, arrinconamiento, succión, contrapunto de silogismos y naturaleza. Ecuanimidad, terremoto, cuarteaduras indelebles y por fin, calma. Fugaz falacia de ataraxia para devolver el daño suculento.
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POST SCRIPTUM. No hay bomberos pirómanos. No debería haberlos.
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Texto publicado en Diario del Istmo el domingo 15 de octubre de 2006
(Mercedes Virgilio. A Coruña España 1980. Poeta, narradora y traductora. Cursó filología en la Universidad de Salamanca; y la maestría en Literatura Mexicana en la UNAM)
Fotografía color, serie Roads por Florentino Fuentes. Captura análoga. París - Buenos Aires 2005

Tuesday, August 7, 2007

VIEJO RIFLE DE CAZA

por Iván I. Juárez
La lucidez reforzada por la ingente carga de sabiduría de un anciano suele originar, en algunas personas, una irreprimible sensación de rechazo que puede conducir a la alucinación. Esto se debe, tal vez, a la acentuada y patética contradicción que revela una mente brillante presa de un cuerpo en constante atolondramiento por los achaques de la edad avanzada; entre los más comunes, el temblor de las extremidades, los molestos tumores de la artritis, la acuosidad de unos ojos hastiados de observar tantas cosas de ínfimo valor.
Simón no tomaba a la ligera su rechazo. En ocasiones, incluso, el cuerpo le ganaba la partida, resquebrajando las convenciones sociales primarias. Cierto día, mientras su abuelo, por enésima vez, le relataba prolijamente la historia del árbol familiar, le vinieron las arcadas y vomitó a sus pies. Se disculpó argumentando una severa infección estomacal y el hecho pareció quedar en el olvido. No obstante, poco después, durante el desarrollo de una reunión familiar bastante concurrida, se repitió el accidente fisiológico. Entonces su abuelo lo llamó aparte y le preguntó sin ambages qué le molestaba. Simón lo miró a los ojos con severidad, y dijo: «No es nada personal, abuelo. Me dan asco los viejos» Y pensó, con sorna: «Si es inteligente se disculpará en nombre de los suyos.» Las manos del anciano temblaban, y sus ojos, además de vidriosos, estaban más amarillentos que de costumbre. Pero conservaba el porte, la elegancia y altivez que lo hacían encantador al expresarse oralmente, y no había excitación ni enojo en sus ademanes. Simón sentía exacerbado su rechazo. Pretendía un enfrentamiento.
«A tu edad todo malestar tiene solución», dijo el anciano; y agregó: «Coge el rifle y enfrenta tu problema.» Simón lo escuchó respetuosamente. Tras un momento de reflexión, resolvió, pesaroso: «No terminaré con la vida de mi abuelo, aun siendo prescindible.» Y rogó: «¿Podrías alejarte un poco?» El anciano se había acercado; Simón percibía la respiración trabajosa y cataba el aliento, el cual comparó con el paso raudo de una rata de cañería. Las arcadas lo dominaron; vomitó un líquido transparente; se arrastró hasta el escritorio. Abrió un largo estuche de madera y extrajo el viejo rifle de caza. El anciano se mantenía imperturbable, observando la escena con la curiosidad de un zoólogo. «Vamos, sabes usarlo.»
Simón imaginó patos, viejos patos que volaban a baja altura con la perversa intención de arrancarle los ojos y luego las entrañas. Imaginó también que, en el futuro cercano, la repulsión fisiológica engendrada en fenómenos geriátricos se consideraría como un atenuante legal en beneficio de las minorías que, incitadas por la alucinación o un utópico mejoramiento de la raza humana, tomaran la decisión de “ametrallar al anciano.” Imaginó, en última instancia, al mirar a su abuelo frente al escritorio, sonriendo como hace el vencedor con un pie sobre la cabeza del vencido, mostrando la gloria de la senectud materializada en una dentadura postiza; imaginó, pues, la saciada satisfacción que lo embriagaría al desprender de su sitio la cabeza apolillada del anciano, e hizo extensiva su repulsión a todo lo viejo cuando accionó el rifle de caza y obtuvo por única respuesta el estertor de una máquina que le recordó el parsimonioso esfuerzo de su abuelo subiendo las escaleras.

Fotografía blanco y negro por Libertad Bones. Serie: "Miracles". Captura análoga. México 2007

Texto publicado en la sección Ex Libris del periódico Liberal del Sur en su edición del día 26 de diciembre de 2004.



Saturday, August 4, 2007

VADEMÉCUM PARA UN BINOMIO

por Ademar Alpuche

Atada a los dígitos de mi diestra, Erato observa: altas y yertas itálicas higueras, una gótica y lívida almendra, un viñedo arial de transparencias. Erato dormita y sueña con la fertilidad amarga del poeta.

Cuando leo, mis palabras interceptan y dejan en carcasa la maquinaria compleja de la palabra, cazan su vida y su movimiento, y ofrendan a Mnemosine, más que un cúmulo de fantasmas, una pila de muñecas.

Pero a veces, de entre las sílabas y los versos, las consonantes y los fonemas, apareces, y alteras un sistema de esterilidad y resistencia donde recordarte es anatema. Erato despierta cuando te encuentra: tu nombre fluye en la sangre de la remolacha, late en el adjetivo grave que utilizan las exequias o en el camino sobrepoblado de encrucijadas.

Erato liberada derrama entonces sobre las hojas mansas, la oscuridad lírica de sus cataratas:
¿Tú también me recuerdas? ¿Puedes arrancar mi nombre de todas las criaturas de Anfitrite? ¿Puedes sustraerme de todos los ínclitos, germánicos guerreros? ¿Puede un verbo despertarme con el crepitar de los leños o el deslizarse de los remos? Lo ignoro y de mi ignorancia paso al invento y al embeleso.

He unido nuestros nombres robándole a Láquesis su hilo de lino. Hado fatídico. Cuando lúcido miro tu nombre unido al mío, encuentro en ti un espectro y en mí un hombre vivo. Tu nombre: círculo euclidiano, que girado, exhibe su cara de vacuidades. Yo te protejo del olvido y siembro en la nada mis conjeturas, te proveo mi inteligencia, te traspaso mis sentidos. Y así, como estás lejos, mi imaginación te recrea y acerca.

Mi nombre: círculo euclidiano que girado por tus dedos es olvido. O eso creo.


Fotografía blanco y negro por Florentino Fuentes (Serie San Telmo). Captura análoga. Buenos Aires 2006
Texto publicado en la sección Ex Libris de Diario Liberal del Sur. Domingo 2 de enero de 2005

INSTRUCCIONES PARA IMITAR A CORTÁZAR

por Esteban Molina


Empieza con una pequeña cosquilla en el intelecto, algo como darse cuenta por uno mismo de una idea en realidad genial, como cuando al despertar sabes que don Quijote estaba loco. Después la forma más común de la continuación del acto mágico, es la punzada en los testículos, que debe haber aquejado a la mayoría de las estrellas de la literatura (excepto claro Marguerite Yourcenar y Simone de Beauvoir; sobre Colette tengo mis serias dudas). Más tarde (como a las catorce horas) el hambre acucia, y se impone un refrigerio moderado, no vaya a ser el diablo y la úlcera, ya se sabe. Pero todavía más tarde, suele pasar que uno se queda como con un pasmo atravesado entre ceja y cóccix, y ahí si no se puede hacer otra cosa que retomar el libro dejado indolentemente (nótese la gracia que añade la indolencia al acto de dejar) en el velador, justo antes de ceder a los desesperados ruegos de la amante y/o consorte (mejor que sea la misma). Un bonito volumen de cuentos de Maupassant, que incluye tus favoritos “La cabellera” y “Bola de sebo”. Quitas el separador y sin más, estás de la diégesis hasta el cogote; pero cuidado: no abras la puerta ni contestes el teléfono, so pena de tener que atender obligaciones y quedarte con la recochina duda. Una vez terminada la lectura de un número decente de páginas, y con la feliz conciencia del deber cumplido, puedes salir a caminar. Mientras lo haces, debes meditar en lo mal que está la juventud, y no dejes de mentarle mentalmente la madre al imperialismo yanqui, y ya que se habló de madres, piensa con admiración en las de la plaza mayo. No intentes conseguir esa marca impronunciable de tabaco que sólo existe en “Rayuela” (a lo mejor en París, pero como voy a saber si soy pobre), y consigue un poquitín de marihuana. Ya moteado piérdete en la ciudad, busca a la maga, pon cara de idiota frente a las vidrieras de los acuarios, escucha discos de Dizzy Gillespie; todo eso te acercará más al ideal. Y sobre todo, nunca pienses que estás perdiendo tu tiempo; siéntete genio, y escribe cosas que se te ocurran mientras esperas en las mesas de los cafetuchos de la zona de putas a que te traigan tu expreso. Compra una hopalanda que te quede grandísima, y enamórate, de preferencia de una mujer. Lo demás viene solito y natural, y en tres patadas escribirás grandes novelas y poemas decentes; cuentos ni se diga, que ahí es donde vas a brillar harto.Y consigue amigos en editoriales de prestigio; Porrúa es muy buena opción, pero no desdeñes a Seix Barral, que tiene sus buenas puntadas de vez en vez. ¡Ah, se me olvidaba! Habla pestes de Borges y maravillas de Faulkner; no falla…
Artículo publicado el domingo 19 de noviembre de 2006 en Diario del Istmo

Friday, August 3, 2007

KAFKA: DE SOLEDAD Y OTROS EXILIOS

por Samuel Cohen Rosenbaum

Liebe ist kälter als der Tod

RAINER WERNER FASSBINDER

Profeta en depresión, poeta oculto. Utiliza la narrativa como mera práctica. Y no conocemos hasta ahora, obra poética suya: Otorgar sin dar, ser sin estar. Contexto: derredor ensombrecido por la ambigüedad desde un proemio irrigado por el ostracismo y la autoridad que ulteriormente cosecharía vanguardia en letras alemanas. Existencialismo, Nihilismo, Surrealismo, Absurdo. Todo es nada: la realidad es tan simple e insignificante. Al despertar, el ser se siente Humano y experimenta situaciones monótonas que llama Vida. Descubre cuán aterradora y distópica es la Verdad. Camina ensombrecido por el lenguaje a través del cual invoca la lucha contra el mundo. Abre el tercer ojo desenfundando sombras enmarcadas con ausencia -la luz nunca ha existido-. El ser inventa, no desea sentirse solo, habita el continuo engaño: las experiencias de la invención de Dios y del Amor ayudan a comprender los conceptos. Sobresalto, el apego a lo onírico fusionado con la carencia -todo parte del deseo- emite máscaras que inmediatamente devienen el halo de la gran revelación. Frente al espejo, visión ora tétrica ora cruel, desviste abismos donde circunda lo negado en la cotidianeidad y perece el estadio de la ilusión o esperanza. Lo peor, aún por venir: La Transformación (Die Verwandlung) no abunda únicamente en el sujeto que cree padecerla sino en su entorno. El escarabajo o cucaracha o lo que fuere: redentor postmoderno, aún conserva pasiones humanas (se ha transformado pero no ha cambiado). Los injuriados continuarán siendo los otros , “los exentos del yo”: la rebelión del sujeto transmuta la esencia del objeto. ¿Desdoblamiento?

Kafka, profeta en eclosión, descubre que no existe causa de valor. Soledad, renuncia, desesperanza: puntos álgidos en una obra donde definitivamente concurría ser judío, checoslovaco (que deroga su lengua natal para escribir en alemán) y, testigo de vientos bélicos próximos a soplar la Europa del naciente siglo XX. Marthe Robert en “Seul comme Franz Kafka” indica: <<una de las singularidades más notables de la obra de Kafka es que parece girar en torno a los grandes temas del pensamiento y de la literatura judíos -el Exilio, la Culpa, la Expiación o, si se quiere, en términos más modernos, la culpabilidad vinculada al desarraigo y a la persecución- sin hacer aparecer a un solo judío, sin siquiera pronunciar la palabra Judío.>>

Asumiendo la vida como “la mayor de todas las pesadillas”; aislado en un mundo de adultos, de crecidos (decrecidos). Se ha extraviado la inocencia del prólogo (quizás nunca existió), el absoluto se rige en base a compromisos y órdenes. La teocracia difundida durante los últimos dos mil años por la cultura judeo-cristiana florece en el autoritarismo de figuras masculinas que la historia ha registrado. Miedo y Silencio, refugios de primera instancia. Hay que esconderse y nunca intentar escapar (de cualquier modo, es imposible hacerlo). Al unísono, el Nacional Socialista atraviesa barreras y nuevamente el “artista” asume -sin saber- el papel de profeta involuntario. Largo y patético sueño donde despertar es utopía: El padre, cazando en el bosque al pequeño y horrible animalejo (Franz) quien repentinamente carece de toda motricidad; desea huir pero sus piernas no le autorizan movimiento. La verja, próxima, no es muy alta. Falta poco, empero, el cazador enfurecido le atrapa. No le da muerte (gracias); sólo quiere someterlo, acaso lo convertirá en un preciado trofeo de lo grotesco. La madre, no consigue más que postergar el dolor: Franz la ama sin embargo, de la misma manera como ama a Felice Bauer, Grete Bloch, Milena Jesenská o, las tantas prostitutas que frecuenta en Prague. Marthe Robert alude cuestiones psicoanalíticas derivadas del entorno familiar a la incapacidad de Kafka para sostener relaciones firmes y de corta distancia. En el Diario, Kafka enuncia: << El gesto de rechazo que por siempre se ha suscitado no es el que se expresa diciendo; No te amo, sino el que se expresa diciendo; No puedes amarme por más que quieras. Solamente puedes amar el amor que sientes por mí, pero el amor que sientes por mí, no te ama>>. Franz se caracterizaba por la excesiva atención epistolar que prodigaba a sus “mujeres”: a Felice Bauer llego a escribir tres cartas por día. Aunque nunca concretó compromiso matrimonial alguno.

Kafka escribe cuentos desde la juventud; en la etapa de estudios superiores, su narrativa comprende temas relativos al Derecho. Padece hipergrafía, escribe desmesuradamente, sin descanso, al grado de abandonar la satisfacción de otras necesidades básicas diarias. (Van Gogh y Virginia Woolf pasaron por lo mismo). Construye una obra que aterriza la ya conocida ambición estética de la novela en los siglos que le precedieron: la fusión de lo onírico y lo real, amén del legado epistolar monumental (principalmente dirigido a Felice Bauer).

Literatura, pureza, redención. Nietzsche hubo convocado la muerte de Dios, Sartre aún no elevaba la voz. Kafka reflexiona su inminente hundimiento y busca lo “puro” hasta en el mínimo de sus actos; lo hace con su cuerpo al convertirse al vegetarianismo. Al contrario de la mayoría de los autores en la historia, cree firmemente en la superioridad del cuerpo sobre el espíritu, asimila que habita un mundo material , de cualquier forma, pretexto para agradar a los demás y ser aceptado, para ingresar a un mundo ya conocido y escudriñado por su aviesa mirada, la que desnuda involuntariamente y pone al descubierto lo conspicuo de la existencia. Acto inmediato: la salida, el adiós, la soledad, el retorno al sufrimiento (una contradicción más a la lista). Lo puro en su literatura consistía en un discurso aunque pesimista, siempre inteligible, carente de elucubraciones filosóficas, mismas que calificaba de pretenciosas. ¿Quién demonios es el artista después de todo? Todos mueren en algún maldito momento. Situaciones reales y personajes reales son despedazados por alguien experto en atravesar cuerpos y mentes (conoce los movimientos del alma a la perfección). Ridículos quejándose eternamente, cual mismo Franz Kafka. Él, que es otro, que es todo. ¿Rimbaud y su Je est un autre? Surrealismo por venir. Kafka visionario, adelantado. No quiso o no tuvo tiempo para involucrarse con alguna corriente literaria o escuela. Ocurre lo mismo cuando se está rodeado por tantos, es insoportable (Artaud aussi).

Adquirir coherencia, dominar el pensamiento Humano. Lo contrario, lo opuesto, la necedad ante todo. Los objetos del deseo nunca son conseguidos. El ideal es sólo eso, y jamás es alcanzado. El gran favor post mortem solicitado a Max Brod: ¿único albacea de la verdad Kafkiana?, ¿posible presencia y verdugo de su Soledad? ¿por qué no? Max Brod hubo renunciado a promover su propia obra para dedicarse a la de su amigo. Lo que hoy se sabe y se conoce.


Artículo publicado en Diario del Istmo el domingo 26 de marzo de 2006
(Samuel Cohen Rosenbaum. Tel Aviv Israel 1980. Narrador, fotógrafo, ensayista y traductor. Estudió Letras Alemanas en la UNAM y en la Universidad de Salamanca; Semiótica en la Université de Paris. Traduce para compañías editoriales del alemán , hebreo y yiddish al español.)

Thursday, August 2, 2007

PIZARNIK: HABLA DE LO QUE SABES

por Florentino Fuentes

Por más que aleguen los exégetas presunta falsedad e incluso recurrencia al plagio en la obra de Alejandra Pizarnik, nunca logran dar detalles precisos que avalen la veracidad de lo opinado. En recientes años, con la aparición en España de los Diarios, Editorial Lumen -en Buenos Aires y México es prácticamente imposible conseguir un ejemplar- daba por concluida la publicación de la obra completa pizarniana que incluye: Poesía Completa; Prosa Completa y, los ya mencionados Diarios. De este modo se pensó dar con las últimas piezas del rompecabezas que representa la poeta maldita argentina.
César Aira, quien ha llevado a cuestas dos estudios biográficos, tampoco ha sido definitivo en conclusiones: uno de sus trabajos, titulado Alejandra Pizarnik (Beatriz Viterbo Editora, Rosario Argentina. 1998) intenta “desempañar” el nombre de la poeta; acaso despejarla de tanta adjetivación oscura que los seguidores y la propia Pizarnik urdieron en su derredor: “pequeña náufraga”; “niña extraviada”; “ángel harapiento”. Aira acarrea hipótesis que intentan separar el díptico vida-obra: recurre a la perspectiva desde el corpus poético pizarniano, aunque subraya las muchas contradicciones que la poeta vivió y escribió. Aira, en vías de otorgar al texto un carácter de no concesión trae a la luz comparaciones con dos exponentes surrealistas latinoamericanos: Olga Orozco y Enrique Molina, amigos íntimos de Alejandra y que la sobrevivieron; considerados superiores por parte de Aira quien no oculta cierto resentimiento hacia una poeta auténtica que no quiso “más que ir hasta el fondo”. ¿Yace la “culpa” en la difusión global de la obra de Pizarnik o en ser el estandarte de la poesía contemporánea argentina, incluso hispanoamericana? (Algunos han sido más prolíficos –incluido Aira- y no han recibido la misma difusión que Alejandra Pizarnik).
Es falso aseverar que Pizarnik era pretenciosa. Ella trabajó y se desgarró para construir una obra de calidad. Sí, estaba segura y se jactaba de su talento, sin embargo, llegó el punto en que funde vida y poesía no importándole más escribir poemas buenos. Sólo se limitaría en crear poesía: lo bueno y lo malo consistían en parámetros demasiado terrenos, exiliados de su obra.

Aun cuando se intente despejar vida y obra, en su caso es imposible. Alejandra Pizarnik abundó desde los inicios la estética surrealista, influenciada mayormente por la obra de Artaud y de Breton. (Uno de los preceptos del movimiento surrealista será la fusión de la vida del poeta con la obra poética). Alejandra, sin embargo, fue todavía más allá al experimentar el tema del desdoblamiento y tener conciencia de lo que le “costaría” hundirse en los engañosos territorios de la Palabra (acaso los antecesores no vislumbraron la autodestrucción que llevarían a cabo). Pizarnik supo que “pagaría” con su vida elevar a lo más alto su creación y no le importó, prosiguió el camino.
Difícilmente se obtendrán respuestas concretas cuando se invoque el nombre o la obra de Alejandra Pizarnik. Ella encajaba a la perfección en el molde de malditismo y locura que otrora dieron pauta Rimbaud, Baudelaire, Ducasse, Hölderlin, entre otros. Se esperaba que los Diarios desvelaran el “misterio” de su perenne sufrir, sin embargo, los terrenos vedados por el mito jamás fueron ocultados por ella: su lesbianismo, su adicción a los fármacos, su opinión -radical- sobre la literatura contemporánea y una supuesta violación que según muchos es insinuada en diversos pasajes de los Diarios. Al igual que Rimbaud y Trakl -otras dos grandes influencias-, el discurso pizarniano nunca cejó cierto coqueteo con la abstracción pero, tampoco transitó la sencillez. Otro asunto es, el epílogo de vida, cuando hubo palpado la locura -muy parecido a Hölderlin- su creación devino hermética, indescifrable. Pero ¿quién ha podido penetrar en totalidad las mentes y almas de Van Gogh, Sade, Nerval..?

Artículo publicado en el suplemento cultural Tiempo Libre de Diario del Istmo. Domingo 8 de enero de 2006.
(Florentino Fuentes. Coatzacoalcos México 1978. Fotógrafo, poeta, ensayista y traductor. Cursó Realización Cinematográfica en el LIFS Londres Inglaterra y UCLA Los Angeles California; Historia del Arte en la Université du Paris IV – Sorbonne; Letras Hispanas en la Universidad de Buenos Aires)